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Existe una teoría, según la cual, es necesario dedicarle unas 10.000 horas de práctica a una disciplina para poder alcanzar la excelencia en la misma. Dicha teoría, según he podido corroborar en Internet, está basada en la investigación del psicólogo Anders Ericsson, aunque luego sería popularizada por Malcolm Gladwell en su libro titulado “Los fuera de serie. La historia del éxito”.

Durante este fin de semana, he tenido que rescatar de mis archivos analógicos y digitales, contratos, facturas y certificados varios para poder satisfacer las ansias de documentación que la Administración Pública requiere para poder documentar cualquier cosa a pesar de que ésta seguro que cuenta con todo ese historial en sus bases de datos y podría encontrar con un par de acciones sobre el ordenador toda la información demandada. En mi caso se trataba de poder acreditar mi competencia como docente en acciones formativas vinculadas a la capacitación docente de profesionales.

Después del mal rollo que supone estar todo un fin de semana rescatando documentación, ordenándola y transcribiéndola a una hoja de cálculo, al final le he encontrado una gran recompensa a dicha tarea al descubrir que puedo justificar 10.000 horas de formación impartida en cursos de capacitación docente (metodología didáctica, especialización docente, formador ocupacional, formación de formadores, docencia de la formación profesional para el empleo, etc.) y eso, según Ericsson y Gladwell, me convierte en un experto. ¡¡¡ufff… qué trabajico me ha costado!!!

Ciertamente, detrás de esas 10.000 horas hay muchas más de preparación de clases, de estudio, de investigación y de evaluación con lo cual, he quedado sorprendido y abrumado al descubrir el dato.

Aunque, más allá del dato, he tenido la oportunidad de hacer un recorrido por las casi 70 acciones formativas en las que he participado recordando compañeros y compañeras formadoras con los que he compartido algunas de ellas; recordando técnicos y técnicas de formación que confiaron en mi para desarrollar este trabajo; pero sobre todo, recordando alumnos y alumnas que me hicieron aprender, a veces, más de lo que yo era capaz de enseñar, que convirtieron las clases en experiencias compartidas de crecimiento personal y profesional y que, cuando a veces me los encuentro, pasado un tiempo, siempre tienen palabras de agradecimiento hacia mi por lo útil que les pareció el curso y la oportunidad que les brindó para poder ser ellos también formadores y formadoras.

Es por ello, que hoy me pedía el cuerpo escribir este post como muestra de agradecimiento a tantas personas con las que he compartido esta aventura formativa: Muchas gracias a los colegas de formación (formadores y técnicos), muchas gracias a los participantes.

Ahora, con la esperanza de que a la Administración le sea suficiente mi trayectoria profesional, espero que todo el trabajo de documentación realizado sirva para poder sumar unas cuantas horas más a la hoja de cálculo, pero sobre todo sumar experiencias con más y más personas ávidas de aprendizaje y ganas de mejorar su competencia docente.

Sin duda, después de todo esto, me queda la curiosidad de cuántas horas más de experiencia docente sumaría si hiciera el cálculo en el resto de acciones formativas que he participado y que no están vinculadas a la capacitación docente, pero eso… eso lo dejaremos para otra ocasión, hoy ya estoy cansado.

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